Las oraciones de San Ignacio adquieren distintos enfoques. La idea, por supuesto, es considerar a qué ámbito son mejor aplicados. Las dedicadas a la salud son unas de las más importantes. A continuación hacemos hincapié en un modelo propio de este tipo.
Oración a San Ignacio de Loyola para salud
San Ignacio, tú que eres tan grande y misericordioso, escucha mi llamado y atiende a mis deseos; ayúdame y condúceme a tus pastos del descanso, donde el agua eterna bañará mi cuerpo y viviré en paz y armonía conmigo mismo, pues, en tu regazo no temo de los tormentos.
Descansaré en tu morada para que me protejas y consueles cuando éste sufriendo, todas las perturbaciones que tengo se verán quebrantadas ante tu presencia y mis fortalezas se aumentarán conforme tu majestuosidad.
Escucha a mi oración, ¡Oh, Santo! Este pedido es para que me consuele, protégeme de los quieran hacerme daño y no permitas que me separen de tu presencia. En éste instante me doblego ante ti, llena los vacíos que tengo en mi corazón para regocijarme en la divinidad de tu poder.
San Ignacio, no dejes que los demás lleguen a hacerme daño, no permitas que me lastimen los malvados por diversión; mantenme cerca de tu presencia para que no lleguen a perturbar mi paz y deshazte de aquellos cuyo efímero fin es atormentar a los débiles o devotos de tu poder.
Estoy aquí para hacer tu voluntad; libérame de todos los tormentos para que yo, un fiel sirviente tuyo, pueda someterme a tus exigencias.
Amén.
¿Quién es San Ignacio?
San Ignacio fue un religioso español –hoy en día santo- que apareció en la Contrarreforma. Se destacó por tener una significativa devoción con el catolicismo. Fue el primer general de la Compañía de Jesús. Fue canonizado en 1622 por la Iglesia católica.